Costa Rica es un país megadiverso, contamos con más de 160 especies de ranas y sapos, muchas de estas únicas en el mundo (endémicas). Esto se debe en parte a la gran variedad de hábitats que ofrece nuestro país, que incluyen bosques tropicales de bajura hasta regiones montañosas, además de tener costa tanto en el Caribe como en el Pacífico.
Diversas especies de estos anfibios han visto diezmadas sus poblaciones por la contaminación ambiental, por la eliminación de los hábitats que necesitan para cumplir su ciclo de vida, por el cambio en el clima global, y por un hongo que afecta su piel y que puede matarlas.
En esta ficha presentamos opciones para que contribuyamos a evitar la pérdida de estos hermosos anfibios, parte de nuestros vecinos silvestres.