Con el avance de la frontera agrícola y urbana, nuestra biodiversidad ha sido obligada a enfrentar un cambio drástico y repentino en el paisaje y en sus condiciones naturales. Los nuevos campos de cultivo, la ganadería, el desarrollo acelerado de los pueblos y ciudades, han obligado a muchas especies a migrar o a desaparecer, pero para algunas otras, ha significado una nueva oportunidad adaptarse, prosperar y convivir.
Para muchas personas, la presencia de estos animales silvestres en los ecosistemas rurales y urbanos pasa desapercibida, para otros, es motivo de asombro y admiración, pero en algunas ocasiones particulares, esta presencia puede ser percibida como algo negativo, molesto, o incluso puede generar la equivocada idea de tener que “rescatar” al animal; Podría ser que si requiera ser rescatado, pero las estadísticas nos dicen que en la mayoría de los casos no es así.
En todo caso, ante cualquier situación que involucre interacciones entre fauna silvestre y seres humanos, el primer paso es estar bien informados, para no caer en el error de realizar alguna acción que termine perjudicándonos, o a nuestra biodiversidad.